Sus oraciones y apoyo financiero ayuda a esparcir el amor rebosante del Sagrado Corazón en Estados Unidos y en el mundo. El amor del Sagrado Corazón es verdaderamente necesitado y nuestra mission es de llevar el amor pronfundo que Jesús tiene por todos nosotros.
Su generosidad le da viveza a nuestras obras misioneras a convertir nuestra devoción en acción.
Sus contribuciones garantizan a que miles de niñas y niños reciban una educación católica en escuelas de los Estados Unidos y del extranjero. Ambos Católicos y no Católicos, pobres y no tan pobres prosperan bajo la instrucción amorosa de sus maestros.
Sus donativos hacen posible nuestras actividades misioneras, abarcanco desde la extensión parroquial, atención espiritual y médica a familias necesitadas, formación de sacerdotes y muchas más. Su ayuda es vital para nuestro trabajo para la expansión de la Iglesia Católica en seis países, Sudáfrica, Congo, India, Indonesia, Vietnam y Filipinas.
Su respaldo ayuda cada año a educar y alojar a los muchos seminaristas del Seminario y Escuela de Teología del Sagrado Corazón provenientes de diócesis y ordenes religiosas de todo Estados Unidos y Canada, preparando a nuevos sacerdotes para que sirvan a través de Norteámerica. El seminario es el más grande en Estados Undios enfocado en vocaciones de segunda carrera.
Sus donativos permiten que se ofrezcan clases en Inglés a sacerdotes y religiosos procedentes de todo el mundo, para que sirvan a la Iglesia Católica aquí y en el extranjero. El programa provee conocimientos básicos en el idioma Inglés y les ayuda a reducir el acento.
Sus contribuciones proporcionan formación religiosa a los hombres jóvenes que se integran a la provincia de EE.UU. de los Sacerdotes del Sagrado Corazón. Nuestros esfuerzos de reclutamiento de nuevos miembros ayuda a educar sobre las espiritualidad de nuestro Fundador, P. Leo Dehon, SCJ.
Sus donativos ayudan en el sostenimiento de sacerdotes y hermanos jubilados de la provincia de los Estados Unidos. Usted les brinda un hogar cálido, comida, cuidados médicos y mucho más a estos religiosos quienes dedicaron su vidas al servicio de la Iglesia.
Y, lo que es aún más importante, sus contribuciones hacen posible que nuestros sacerdotes y hermanos compartan la alegría del amor divino de Cristo con usted y con millones de otras personas, mediante la oración, el servicio, la acción humanitaria y las actividades de extensión.