Conozca al Padre Dominic, S.C.J.
El Padre Dominic Peluse ofrece compasión, alegría y una gran devoción al Sagrado Corazón de su responsabilidad como Director Espiritual.
Originario de Poughkeepsie, Nueva York, fue el segundo de tres hijos en una familia ferviente. La decisión de seguir una vocación sacerdotal inicio al graduarse de la escuela secundaria, él visitó un seminario operado por los Sacerdotes del Sagrado Corazón - y en cuestión de días él se encontraba en su nuevo hogar.
"Había muchos sacerdotes maravillosos y hermanos en el seminario. Me contaron sobre el P. Dehon y sobre la Congregación. Entre más aprendía, más quería ser parte de ellos," él recuerda. En 1967 profesó sus primeros votos. Fue ordenado sacerdote en 1974.
"A excepción de un breve periodo de tiempo de trabajo vocacional, la mayor parte de mi sacerdocio ha sido el ministerio parroquial. Realmente me encanta estar en una parroquia, hacer amistades, ser parte de la vida de las personas, tanto en los tiempos buenos como en los malos. Es una manera en la que puedo ser Eucaristía para los demás."
La experiencia pastoral del Padre Dominic ha sido de gran ayuda en su papel como Director Espiritual. "Es sólo que ahora la congregación es más grande," sonríe diciendo.
"El estar presente para los demás y ser solidario, es una forma de dar alegría y esperanza. Usted no puede comprar felicidad, pero al entregarse uno mismo recibes alegría. Eso es lo que aprendí del ministerio parroquial, y eso es lo que comparto en mi labor como Director Espiritual."
El Padre Dominic disfruta s conocer a los benefactores y compartir con ellos lo más que puede acerca de los Sacerdotes del Sagrado Corazón y su espiritualidad. Él se siente bendecido por tener la dicha de visitar a las misiones de los SCJ en el mundo y conocer a las personas que los Sacerdotes del Sagrado Corazón ayudan. Está orgulloso de la Congregación por su ministerio por los pobres y necesitados.
"Ser un SCJ ha ampliado mis conocimientos de lo que es el Cuerpo Cristo. El Cuerpo de Cristo es la gente, la gente de nuestro mundo. Lo que hace que me sienta orgulloso de ser un SCJ es que estamos tratando de ser un Evangelio vivo para los demás y ayudamos a que otros lo descubran en ellos mismos. Somos el Cuerpo de Cristo."
